"Un personaje de San Justo: el señor de los caramelos"


Durante un acto que contó con la presencia del intendente municipal de San Justo, Ing. Marcelo Mauro, diversas autoridades y público en general se homenajeó y rescató en vida a diversas personalidades y miembros destacados del Portón del Norte Santafesino, entre ellos al “caramelero” Pérez.

Alejandro Pérez, un hombre tan simple como la sonoridad de su apellido. Muchos dirán, uno más, un común humano, un granito de arena como yo o como vos. Pero no, no es uno más entre muchos, Pérez es único. Un hombre estoico sin una vida vertiginosa.

El señor de los caramelos pertenece a una estirpe de ancianos venerables que aprendieron a vivir callados y ocultos a la vista de todos. Pérez, prócer y patriarca de una vida sin arrojos.Vive con la simpleza de los grandes dando ejemplo de vida en tiempos difíciles, donde los valores se dosifican en cuentagotas y las tentaciones en cataratas.

Pérez es siempre el mismo. Alpargatas bigotudas y gorra a media asta. Es la efigie sagrada de nuestro pueblo. No mintió, no robó, no se traicionó. Nació señor. Al hombre del triciclo verde que endulzó tantas generaciones de pibes sanjustinos el paso del tiempo no lo contaminó y no había día en que Pérez faltase a su trabajo. Observa, saluda y aconseja: “Portáte bien, estudia y hacéle caso a la maestra”. Necesitamos muchos Pérez para cambiar el mundo y hacerlo más simple.

Por estos días Alejandro Pérez esgrime la imagen realizada de la experiencia y la serenidad que sólo llega con la vejez, es decir, cuando nos abandona el deseo carnal y el espíritu consigue finalmente desprenderse de la sensualidad y va rumbo al cielo, remontado vuelo como un barrilete.

En mis tiempos el ojo de Google lo encontraba en la vieja Escuela Normal o en la Flor del Día pero si jugaba el verde o Coloncito allá estaba con esa capacidad para estar en todos lados, como Dios. Volaba por la ciudad como una paloma blanca. El día en que le falte al “piberío” de la Técnica será triste porque una escuela sin Pérez será como una cancha de fútbol sin arcos.

“El Ángel del Triciclo Verde” no se contaminó y no cedió a las tentaciones de los tiempos modernos. A Pérez el cuento de la globalización le entró por un oído y le salió por otro: “Son todas macanas”, dice. A Pérez, como a todo mortal, también le llegó la vejez y desde hace un tiempo está viviendo “la edad de la razón”, como decían los griegos pero el viejo Pérez no se hace demasiados problemas porque sabe bien que siempre sobrevivirá el definitivo triunfo del espíritu.

Juan Daniel Rodriguez Primo(Desde Italia para El Litoral)

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/12/23/regionales/REGI-02.html