
El director de la ONU acaba de decir que en el mundo hay 854 millones de personas que se van a dormir sin comer, con el estòmago vacìo, a pesar de que el planeta produce cantidad y calidad de comida suficiente como para que nadie sufra hambre.
El derecho a alimentarnos fue reconocido por la Declaraciòn Universal de los Derechos del Hombre en 1948 pero estamos en el 2007 y el desequilibrio es siempre mayor.
El precio del petroleo acaba de cerrar en los 87 dòlares el barril, cifra record, y esto traerà aparejado un retoque de los costos dado que aumentarà el combustible, tambièn el transporte y como consecuencia los alimentos.
En Argentina sucede casi lo mismo que en Italia, el gobierno acaba de anunciar un acuerdo con los supermercadistas para no tocar los precios por seis meses, sobre todo el de los productos bàsicos.
Con respecto al Dia Mundial de la Alimentaciòn debo decir que no soy un buen agente publicitario para la Union Europea, sobre todo en lo relacionado a las estrategias de cooperaciòn hacia el resto del mundo. Los datos son alarmantes porque el 80% de esos fondos -para financiar las necesidades de America Latina o Africa- se van en gastos que sirven para solventar una estructura muy costosa, lèase sueldos, viàticos, asesores…turismo.
Por eso, y volviendo al tema del petroleo y del hambre: còmo nos explicamos que un paìs potencialmente rico como Nigeria tenga que pasar tantas necesidades? Estàn sentados en el petroleo pero son pobres, no tienen que comer, la mayorìa de ellos son vendedores ambulantes en europa y escapan de sus miserias arriesgando la vida para venir a buscar un destino mejor. Realidad aplicable a tantos paises latinoamericanos. Pero como dice Don Ata “las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas”.
La ùnica forma de matar el hambre es ofreciendo un desarrollo sustentable y equo, es decir justo y con condiciones dignas de trabajo. De nada sirve que vayan los maestros con sus libritos a repartir polenta, remedios o agua mineral porque mañana la panza volverà a chillar. Pero eso es peligroso porque implica ceder.
Juan Daniel Rodriguez Primo
juandanielitaly@libero.it
ITALIA
El derecho a alimentarnos fue reconocido por la Declaraciòn Universal de los Derechos del Hombre en 1948 pero estamos en el 2007 y el desequilibrio es siempre mayor.
El precio del petroleo acaba de cerrar en los 87 dòlares el barril, cifra record, y esto traerà aparejado un retoque de los costos dado que aumentarà el combustible, tambièn el transporte y como consecuencia los alimentos.
En Argentina sucede casi lo mismo que en Italia, el gobierno acaba de anunciar un acuerdo con los supermercadistas para no tocar los precios por seis meses, sobre todo el de los productos bàsicos.
Con respecto al Dia Mundial de la Alimentaciòn debo decir que no soy un buen agente publicitario para la Union Europea, sobre todo en lo relacionado a las estrategias de cooperaciòn hacia el resto del mundo. Los datos son alarmantes porque el 80% de esos fondos -para financiar las necesidades de America Latina o Africa- se van en gastos que sirven para solventar una estructura muy costosa, lèase sueldos, viàticos, asesores…turismo.
Por eso, y volviendo al tema del petroleo y del hambre: còmo nos explicamos que un paìs potencialmente rico como Nigeria tenga que pasar tantas necesidades? Estàn sentados en el petroleo pero son pobres, no tienen que comer, la mayorìa de ellos son vendedores ambulantes en europa y escapan de sus miserias arriesgando la vida para venir a buscar un destino mejor. Realidad aplicable a tantos paises latinoamericanos. Pero como dice Don Ata “las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas”.
La ùnica forma de matar el hambre es ofreciendo un desarrollo sustentable y equo, es decir justo y con condiciones dignas de trabajo. De nada sirve que vayan los maestros con sus libritos a repartir polenta, remedios o agua mineral porque mañana la panza volverà a chillar. Pero eso es peligroso porque implica ceder.
Juan Daniel Rodriguez Primo
juandanielitaly@libero.it
ITALIA